Hablemos de la envidia. Como muchos sabréis, es uno de los siete pecados capitales del cristianismo. Esto no quiere decir que sea uno de los peores pecados, sino que de ellos se han originado todos los demás pecados. Y, por supuesto, no quiere decir que yo sea cristiano (prefiero ser Messi, «lo siento, no me pude resistir»).
Dicho esto, comenzamos. Durante toda mi vida he oído a mi alrededor hablar sobre ella, la envidia. La he oído en multitud de situaciones y en todas las franjas de edad. La mayoría de las veces se usa de forma negativa o despectiva.
«¡Esa! ¡Es una envidiosa!», «No te preocupes, lo dice solo por envidia», «¡Joder, qué envidia!», etc. Son algunas de las expresiones más utilizadas, y siempre o casi siempre, se emplean negativamente. Creo que eso es un error.
Para mí, la envidia es un empujón que me hace seguir adelante en ocasiones e incluso iniciar nuevos proyectos. Utilizo esa fuerza en mi beneficio. Por ejemplo, a mí me daba mucha envidia la cantidad de seguidores y comentarios que tenían algunos bloggers y vloggers a los que sigo, y me di cuenta de que la diferencia entre ellos y yo es que son mucho más constantes, publicando como mínimo un vídeo o artículo a la semana. Esa envidia me ha motivado a escribir más a menudo e incluso a plantearme empezar un videoblog, retomando algunos de mis antiguos artículos. Creo que sería muy interesante, la verdad.
Pero, como ya dije, esto es solo un ejemplo. Creo que debemos usar todas nuestras armas disponibles y transformarlas en energía positiva, aplicándola a todos los ámbitos de nuestra vida. Y, quién sabe, el único límite eres tú.
«Un Plátano llamado Bryan» es un canario que aterrizó en Barcelona en 2010 y ha estado repartiendo humor y conocimiento desde entonces. Su reino es TikTok, donde desentierra joyas ocultas del cine de serie B y las adereza con un toque de humor que ha enganchado a miles. ¡Uno de sus videos incluso rozó los 2 millones de visualizaciones!
Además, extiende su carisma a YouTube, Instagram, Facebook, y Twitter (X), siempre con un estilo fresco, cercano y lleno de sorpresas.