[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hoy leyendo la nueva entrada del blog de mi amiga Lucia que se titula «perjudicial para la salud«, habla sobre el daño que nos produce el amor, que queriendo o sin querer hacemos o nos dejamos maltratar sentimentalmente hablando, somos muy sensibles a que nos pasen estas cosas cuando estamos enamorados.
Y que no hay nada que se pueda hacer al respecto, ya que no existe la relación perfecta y menos aún un príncipe azul o la princesa de nuestros sueños. Esto es un breve resumen, os recomiendo que os paséis y lo leáis.
Estoy bastante de acuerdo con lo que ha escrito, pero tengo mis discrepancias al respecto, ¿por qué?, por un motivo obvio pero que no tenemos en cuenta o que ni siquiera había pensado hasta este momento.
¡¡¡Los conflictos!!!
Los conflictos, riñas, peleas, discusiones, desacuerdos, malos entendidos, etc., da igual como lo llamen, el resultado es el mismo, un estado de malestar en la pareja, el cual hace que cada acto tenga más importancia de la que tiene, que estemos más a la defensiva, etc. A mi parecer, este tipo de cosas hacen mejor a las relaciones, eso sí, en su justa medida.
Una relación perfecta, algunos la describirían con una estabilidad emocional sin altibajos, sin peleas, ósea, todo perfecto. ¡¡¡Pobres ilusos!!! Esto tan solo es el preludio del final de esa relación, que silenciosamente empezará a ser invadida por el mal de la monotonía, del aburrimiento, el funeral de la pasión y finalmente la muerte del amor. Es imposible que una pareja permanezca junta en estas circunstancias, a no ser que se hayan acomodado y eso ya no es amor, simplemente es estar con alguien con quien estás acostumbrado a estar. Y de esto entiendo, porque lo he vivido por desgracia.
La solución, aunque contradictoria, son los conflictos, estos hacen que nos enfademos o saquen de quicio, pero esto sabiendo llevar la situación, aprendiendo a escuchar, a estar dispuesto a dar la razón, a aprender de los errores y saber reconocerlos, estos son los ingredientes primordiales de una relación sana, ya que estos contratiempos hacen que la pareja se una más, entren cada vez en nuevos niveles de compromiso el uno con el otro, cada vez más confidentes y un efecto secundario de esto, es la pasión y las maravillosas reconciliaciones. Quien no ha tenido una pelea y después de la reconciliación ha olvidado lo que ha pasado y estáis como el primer día, en el cual desearíais poder detener el tiempo y vivir ese momento por toda la eternidad.
Los conflictos son la sal de las relaciones, después de lo salado solo podemos desear el dulce de nuestra pareja y siempre nos sabe a poco. La conclusión es obvia a la vez que invisible, es una realidad, saber llevar una relación es controlar el bello arte de amar con todas sus dificultades y poder decir lo siento, perdonar y superar. Esta es la receta de la felicidad en pareja, una serie de conflictos que os unan, pero dejad a un lado resentimientos, orgullo y cabezonería, eso tan solo son más impedimentos que lo complicaran todo.
Ser feliz en la dificultad y amar entre los conflictos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][crocal_empty_space][vc_column_text]
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