Nunca he podido comprender como la sinceridad es omitida con tanta facilidad. No lo entiendo, puedo llegar a entender que hay ciertas noticias que pueden ser duras de digerir y que se demoren en comunicarse, pero, cuando la sinceridad es vital para el correcto funcionamiento de una pareja, una amistad, un matrimonio, en el trabajo, etc., no hay excusas.
Y menos aun cuando las personas han comunicado abiertamente que quieren esa sinceridad siempre, no tener que pedirla, no tener que investigar y terminar siendo como Sherlock Holmes uniendo las pistas que van apareciendo, porque de una cosa si estoy seguro, la verdad tarde o temprano siempre termina por surgir.
Personalmente, prefiero que me lo digan todo al momento, da igual que sea una buena o mala noticia, si me conviene o no, si es difícil o fácil, yo quiero saber. Aunque otro punto a tratar también es la forma de ser sinceros, hay formas y formas. Se puede decir a alguien que es un hijo de puta de buenas maneras y sin usar ese lenguaje, el tacto es primordial, pero muchas personas carecen de ello.
La verdad, es que la sinceridad es algo que se está perdiendo, es algo que no llega a funcionar en la sociedad, ocultar, mentir, etc., se están volviendo las nuevas costumbres. ¿Acaso es tan difícil hablar? si yo puedo hacerlo, ¿por qué no pueden los demás? ¿Qué se lo impide? Prefiero caer mal con la verdad que adular con mentiras, la sinceridad es mi firma y estoy cansado de ser de la minoría que piensa así. Bueno, quizás muchos piensen como yo, pero no actúen en consecuencia.
Ocultamos y mentimos a los que queremos, si tratamos así a las personas con las que tenemos algún lazo emocional, ¿Cómo trataremos al resto del mundo?
En mi vida quiero sinceridad, si no me la puedes dar… Aléjate de mí.