La humanidad está contaminada, no hay que ser demasiado inteligente para percatarse. Sal y mira a través de la ventana, o peor, pon la tele. ¿Qué ves? Guerras, conflictos, asesinatos, gente en la calle, violencia, robos, etc. ¿Cientos de años de civilización para esto? Bueno, digo «civilización» por llamarlo de alguna manera, porque, seamos honestos, no somos civilizados. Solo hay que observar: su novia lo deja y lo «normal» es matarla; invaden países por el petróleo; supuestamente hay una cura para el cáncer, pero no se crea porque no es rentable. Al fin y al cabo, personas matando personas.
Sé que nuestra historia está llena de sangre, de grandes guerras y batallas, desde el principio de los tiempos hasta nuestra era. Y yo me pregunto… ¿no hemos aprendido nada? ¿No tenemos suficiente información para ver que tanta violencia no trae nada bueno, que solo conseguimos más sangre y sufrimiento?
Yo lo interpreto de esta manera: todo sigue igual que antaño, solo cambia el motivo. Al principio eran ansias de conquista, luego llevar «la palabra del Señor» (esto no puedo escribirlo sin reírme), petróleo y dinero. Pero es lo de siempre: alguien que hace todo esto y sale beneficiado.
A lo mejor es la visión de un iluso que espera que todo se arregle en breve, que la paz se instaure, ser libres, sin opresores, sin fronteras… en fin, un mundo ideal. Pero hay que ser realista: que en un futuro bastante lejano se consiga es posible, pero dudo que pueda ver esta utopía en lo que me resta de vida.
Algo positivo para el mundo sería empezar a dejar de destruir nuestro planeta. Lo primero, empezar a dejar de lado el petróleo. Está más que claro que no lo necesitamos y que podemos encontrar otras alternativas, al igual que con las energías renovables: solar, eólica e hidráulica. Hay vehículos eléctricos e impulsados por hidrógeno, los cuales durante muchos años no fueron comercializados para no quitarle mercado al petróleo, pero eliminándolo de la ecuación ya no sería un impedimento. Alimentos sin adulterar y sin excesos, vivir con lo necesario para vivir. Podemos coexistir con la tecnología y el medio ambiente, pero hay que hacerlo con la intención de ayudar y no de enriquecerse. Buscar materiales adecuados, fáciles de reciclar, en fin… ¡Es posible, pero no lo harán!
Es la naturaleza humana que, por desgracia, siempre acaba tropezando con la misma piedra.
«Un Plátano llamado Bryan» es un canario que aterrizó en Barcelona en 2010 y ha estado repartiendo humor y conocimiento desde entonces. Su reino es TikTok, donde desentierra joyas ocultas del cine de serie B y las adereza con un toque de humor que ha enganchado a miles. ¡Uno de sus videos incluso rozó los 2 millones de visualizaciones!
Además, extiende su carisma a YouTube, Instagram, Facebook, y Twitter (X), siempre con un estilo fresco, cercano y lleno de sorpresas.