Grito al cielo esperando un susurro de esperanza, ato mi destino a mi último aliento, encadeno mi alma a mi corazón, aguardando el latido que muestre el final, donde empezaré a escribir mi historia en lienzo celestial y tinta de estrellas, dibujando un firmamento que me recuerda a ti.
Un lugar donde destruir la ansiedad gris de un sueño roto de este muñeco de trapo que ya no puede dar juego, caminaré las sendas de caminos olvidados, carreteras asfaltadas con miedo, sedientas de beber la esencia que emana mi ser.
Energía intangible que solo algunos puede ver, tocar o imaginar, pues en mi mente nada es imposible.